Ahí los tienen. El presidente de un país democrático y un dictador abrazándose y sonriéndose efusivamente. Una foto que simbolizaba la «normalización» de relaciones entre EEUU y España y que para la dictadura de Franco supuso el espaldarazo, de EEUU primero, y del resto de las democracias europeas después.
Yo le preguntaría a nuestro ministro de asuntos exteriores, Miguel Ángel Moratinos, qué significación tiene esta foto en su memoria histórica particular. Si un gran día para España, que por fin logró que se la tratara con el debido respeto; o un gran día para la dictadura franquista y, por lo tanto, un día aciago para las víctimas de ésta. O cómo ve él a Eisenhower. Si como un gran estadista promoviendo la paz y el diálogo o como un político para el que las violaciones de los derechos humanos de los españoles son un precio más que aceptable a cambio de intereses económicos y estratégicos.
No sé lo que contestaría si se le preguntara, pero está claro cuál sería la respuesta coherente con su reciente visita a Cuba. Porque allí lo ha dicho bien claro: «Nosotros creemos que son los propios cubanos los que tienen que dictar cuál es la manera de llevar sus asuntos políticos, lo respetamos y los acompañamos». Justamente por pensar y defender eso algunos cubanos están en la cárcel, así que supongo que la expresión «los propios cubanos» no los incluye. «Los propios cubanos» que deben dictar su política son, claro, los dictadores. Eisenhower seguro que también respetaba y acompañaba a «los propios españoles», que para él serían, claro, los que dictaban. De hecho cuentan que la visita hizo exclamar a Franco «Ahora sí que he ganado la guerra».
Escrito por Manolo 
Blog de Manuel Hernández Iglesias 